Renovando nuestro "laboratorio de Ideas"

Nuestra apretada agenda, es el principal motivo de mantener al día nuestro blog. Que mejor forma de retomar la actividad, que presentar nuestro renovado espacio de trabajo o como nos gusta llamarlo, nuestro “laboratorio de ideas”.

Se trata de un estudio de 40m2, distribuido en un pequeño vestíbulo, sala de juntas, almacén, aseo y un despacho. El principal objetivo era: aumentar la sensación espacial, contando con la mayoría de muebles existentes y sin ponerlo todo patas arriba. Eran demasiados condicionantes en un espacio tan pequeño. ¿Y como lo hemos conseguido? Pues realizando un minucioso estudio del espacio, la luz y la gama cromática.

Pequeños detalles. Grandes protagonistas

ESPACIO, LUZ Y CROMATISMO

Un interiorista, cuando emprende un proyecto de rehabilitación sobre un espacio de trabajo, debe de tener en cuenta que ergonomía y estética tienen que estar perfectamente combinados. Son muchas las horas que se desarrollan en un espacio tan pequeño y no se debe trabajar en condiciones estresantes. El ambiente y la calidad del puesto de trabajo es directamente proporcional al éxito del mismo.

Nuestro espacio. Planta distribución

La sala de juntas, fue el único espacio donde no aprovechamos los muebles, exceptuando la librería. Desechamos 2 mesas y la sillería para colocar en su lugar una mesa mayor, donde disponer de amplitud y comodidad a la hora de presentar proyectos.

Sala de juntas. Luz, orden y serenidad.

El despacho o “laboratorio de ideas”; debíamos eliminar esa sensación de agobio que nos producía y decidimos crear dos puestos de trabajo independientes y alineados. No queríamos invertir en un nuevo escritorio, aprovechamos los existentes y los adaptamos a la nueva imagen suplementándolo con un par de tableros. El resultado es este, hemos ganado superficie además de un plus estético.

"Laboratorio de ideas". Espacio diáfano y todo en su sitio.

Ya teníamos decidido cómo aprovechar el espacio y los muebles. Pero nos quedaba pendiente dos apartados importantes: La luz y la gama cromática. El objetivo era lo que ya habíamos comentado, jugar un poco a ser magos, hacer grande lo pequeño y mediante estos dos conceptos se ha logrado. Debido a las reducidas dimensiones, todos los colores debían estar dentro de una tonalidad clara, así que nos decidimos por la gama de grises para contrastar con el blanco de los muebles, zócalos y puertas. Un color predominante, gris tierra claro, que aplicaríamos a techos y paramentos para darle un acabado “soft”. La otra tonalidad, topo oscuro, que aplicaríamos en la pared donde situamos nuestra mesa de trabajo y donde está ubicada nuestra apreciada biblioteca.

Pensar,idear y crear. Proceso de nuestro cambio.

Sólo nos quedaba darle un toque para crear calidez en el ambiente. Eliminamos todas las barreras que impedían que la luz entrase de forma continua, como cortinas y estores y colocamos en su lugar un vinilo al ácido translúcido. Como luz artificial, seguimos apostando por las anteriores pantallas fluorescentes. En cuanto al pavimento, sustituimos un gres color siena por una tarima de roble lavado. Ganamos luminosidad, calidez y un ambiente “natural” que contrasta a la perfección con los zócalos y guarniciones blancas.

Para terminar; unos cuantos cuadros del gigante sueco y la imprescindible colocación de elementos decorativos como, plantas , piedras de cantos rodados y velas aromáticas. Todo ello crea una escena agradable, una sinfonía de luces y ambientes que reduce el estrés y aumenta aspectos como la eficiencia, calidad y bienestar. Sin una gran inversión hemos cumplido con el objetivo principal: “maximizar el espacio”.